Caracas, 28 de julio de 2015 A mi jefe Muy estimado señor mío, Le escribo esta carta para informarle mi decisión de dejar de enseñar. Esto motivado a que, hoy, habiendo el mundo pasado por muchas Escuelas del Pensamiento y habiéndose inventado muchas teorías del aprendizaje, todavía nosotros creemos que enseñar (especialmente en la universidad) consiste en transmitir conocimiento partiendo de una mente suprema toda poderosa hacia unos treinta o cuarenta estudiantes por clase. En mi opinión, inspirados en aquellas tendencias de aprendizaje, los maestros hemos asumido diversos roles. Hemos sido instructores, auditores, desafiadores mentales, facilitadores y promotores de entornos de aprendizaje… Esto resuena mucho en mi cabeza. Creo firmemente que ya no se necesitan maestros para “instruir” a la gente y que tampoco se necesitan maestros para aceptar enseñar sus lec...
¡A buen entendedor, pocas palabras! A word to the wise is enough!